El tiempo, ese señor tan cierto me
lleva como un río revuelto. Un momento parece que vuelo, en otro me
revuelca en el cieno, en la oscuridad y destierro. Templando
mi espíritu, aumentando mis ganas de seguir viviendo, buscando
motivos para poder hacerlo. Jugamos, reímos, le ponemos más estrellas al cielo y con su luz, inventamos un velero. Surcamos los mares como
viento nuevo. En ráfagas refrescantes ponemos amor en cada ola, en cada
caracola, en la espuma, en la brisa que juguetea
con mi pelo.
Mi amigo el tiempo, me dejará en un día incierto, cuando llegue el ocaso. Como le llega a todo en
su momento.
Amigo, que yo esté riendo.
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